Aún recuerdo cuando contabas mis lunares.

"Quédate un poco más" era lo que me suplicabas cada vez que me disponía a salir por la puerta. Y después empezabas a expulsar frases sin sentido para que te callara con un beso. Y acababas arrastrándome y escondiéndome, de nuevo, bajo las sábanas. Lo nuestro nunca fue una rutina porque cada beso, caricia, mirada y muestra de amor era diferente a la anterior. Yo te enseñé la humildad que te faltaba y tú me enseñaste, entre tus brazos, que no se debía tener miedo a la oscuridad. Nos complementábamos de forma incomprensible. A mí me gustaba robarte tus camisas después de hacer el amor y a cambio te preparaba cada mañana un excelente desayuno acompañado de besos. Caminábamos dados de la mano, ignorando la envidia que tenía la ciudad al vernos. Nos queríamos. No importaba nada más. Vivíamos para desgastarnos. "¡Sedúceme!" te gritaba cuando quería jugar. Me mirabas, me mostrabas tu sonrisa torcida y te lanzabas a mi punto débil, el cuello. Aún recuerdo cuando contabas mis lunares. Una y otra vez. Y me susurrabas al oído que me necesitabas más que respirar. Que las canciones de amor hablaban de nosotros
¿Qué puso fecha de caducidad a nuestro amor? ¿Que lo marchitó? ¿Qué lo desangró? ¿Qué fue aquello que nos separó? Nunca supe responder. Sin apenas darme cuenta un día estábamos gritando(nos) con la intención de hacernos oír más que el otro. Yo llorando desgarrada y tú dando puñetazos a las paredes. Yo con ganas de arañarte y tú mordiendo el egoísmo. Ninguno estuvo acertado, pero es tarde para arrepentirse. Sólo nos quedarán los recuerdos. La añoranza. Mientras mis segundos pasan como minutos y los minutos como horas, deseo que estés bien. Te echaré de menos.


Fotografía de Emily. Click en la imagen.

9 comentarios:

  1. Joder, que bonito. ¿Es tuyo? Porque es precioso. Ya sabes, el amor mientras dura es precioso, pero el síndrome de abstinencia que te provoca cuando se esfuma es mucho peor que el causado por cualquier droga, al fin y al cabo eso es el amor: una droga de las duras a la que te vuelves adicto. Su precio no se paga con dinero, si no con besos, caricias, abrazos y sonrisas, pero joder, cómo duele a veces. Como he dicho, el texto me parece una jodida preciosidad. Vamos, que me has tocado la fibra sensible de una manera nunca vista. Enhorabuena, sin duda alguna.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra muchísimo que te haya gustado el texto, porque sí, es mío, lo escribí ayer, con ese tipo de música lenta que inspira a cualquiera. Quería plasmar lo que ocurre después, las dudas de por qué ha acabado, los recuerdos que hacen daño y tener que asimilar que no hay vuelta atrás. Y espero haber acertado. Gracias por tu comentario.

      Eliminar
  2. Precioso.. No esperaba menos de ti :)
    Tu amigo canario.

    ResponderEliminar
  3. Que bonito lo que escribes!Te animas a que nos sigamos? Un besazooO cielo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias.
      Ahora echaré un vistazo a tu blog. ¡Gracias por pasarte!

      Eliminar